El plástico es uno de los residuos más presentes en las operaciones diarias de empresas, almacenes y comercios. Ya sea en forma de film de embalaje, envoltorios, bandejas, botellas PET o plásticos rígidos, este material puede ocupar un volumen enorme a pesar de su bajo peso. Cuando no se compacta, se dispersa fácilmente, dificulta la organización del espacio y genera más movimientos internos de los necesarios.

Compactar el plástico permite transformar un flujo ligero pero voluminoso en balas densas y manejables, optimizando el transporte y facilitando un reciclaje más rentable. Nuestros equipos están diseñados para adaptarse tanto a plásticos blandos —como films y bolsas— como a plásticos más rígidos —incluidos envases y PET— manteniendo siempre una alta eficiencia de reducción.

Según la cantidad generada y el entorno de trabajo, es posible elegir soluciones más compactas para espacios reducidos o sistemas de mayor capacidad para operaciones intensivas. La reducción de volumen libera espacio, mejora la limpieza del área de trabajo y disminuye los costes asociados al almacenamiento y a la logística. Además, convierte un material disperso y difícil de gestionar en un recurso que puede valorizarse en la cadena de reciclaje.

Sea cual sea la naturaleza del plástico o el nivel de actividad, nuestras máquinas ofrecen una manera sencilla y eficaz de mantener el control del flujo de residuos y avanzar hacia una gestión más ordenada, económica y sostenible.